-Decís que la gestión de Mauricio Macri es indefendible ¿Hizo mal diagnóstico? ¿Vino a hacer una cosa e hizo otra? ¿Quería hacer esto?
-De todo un poco. A mí me gusta el fútbol. Y por resultados, Macri fue un gran presidente de Boca. Pero si revisás que número lo favorece hoy a Macri, te encontrás que excepto el de Vaca Muerta y el aerocomercial, es un desastre: inflación, pobreza, deuda, decrecimiento económico, son todos malos. Abrió muchos mercados, es cierto. Pero cayó el consumo de leche, el de carne. Lo que busques les da mucho peor que antes.
-Macri sostiene que ese es el costo de sanear las cuentas y sentar las bases de un crecimiento real.
-Yo no lo diría porque parece una tomada de pelo terrible. No cumplió ninguna de las promesas. Y sanear las cuentas...de qué manera. Haciéndole pagar a los exportadores retenciones que metió por la ventana y cerrando con el Fondo el préstamo más alto de la historia.
-¿No había que ir al FMI?
-No había mucha alternativa, el tema es por qué llegaste hasta ahí, porque lo que tenías que hacer lo debías hacer de entrada. Ir al Fondo no significa ir a pedir la escupidera. Ir al Fondo se puede ir, pero no así. Es urgente renegociar hoy con el Fondo, porque no podemos pagar 40 mil millones de dólares en dos años. Sería bueno que lo discutamos en una elección. Qué propone el gobierno: “Sigamos haciéndolo juntos”. Terminamos en una elección que es una competencia de fracasados, donde el denominador es el odio.
-Qué opinión tenés de tres economistas del oficialismo: Lousteau, Prat Gay y Sturzenegger.
-Lousteau es un economista didáctico, solvente. Pero pasó de la 125, a Washington, a oponernse, y ahora es candidato a senador del oficialismo. Estaría muy bueno que termine un mandato alguna vez. Con Alfonso (Prat Gay)....el explicó que esperaba un gran acuerdo nacional que era el instrumento para morigerar el costo que supone un ajuste fuerte. Pero no tuvo ninguna de las dos cosas. Y nos la pusimos de frente. Se marearon de entrada. Salimos mal del cepo y arreglamos mal con los fondos buitres. Es esa idea de pensar que convocar al que perdió es compartir el poder. Y es mediocre.
-¿Y Dujovne?
-Me vi un par de veces. Solo puedo decir que un ministro que no tiene la plata en la Argentina y quiere que inviertan en Argentina, al menos me genera ruido.
-¿Y de Sturzenegger qué pensás?
-Es el más coherente de todos pero el 28 de diciembre se tendría que haber ido (N. de la R: cuando lo sentaron junto a Marcos Peña, que dictaminó en una conferencia la política monetaria a seguir).
La gestión de la Ciudad
-¿Qué rescatás de la gestión de Larreta y qué harías diferente?
-Rescato la cultura de gestión de Larreta y que el Poder Ejecutivo se reformuló con esa lógica que es válida. Traza un plan para cumplir un objetivo y luego lo ejecuta. En el sector privado funciona perfecto. Las obras de infraestructura también son importantes. Le cambiaría la política educativa y de salud. El modo de diseñar una política tiene que tener como idea central entender a la sociedad como un sujeto y no como un objeto. El sistema de salud tiene que poner el foco en la atención primaria. No puede ser que un hospital termine atendiendo una contractura. Nadie sabe donde está el Centro de Atención Primaria más cercano, pero sí conocen el campeonato del asado. El problema es que si tenés más plata puesta en que la gente se entere del campeonato del asado en vez de difundir la información del centro de atención, estás en un problema. La educación es peor que el sistema de salud. Creemos que más educación es más notebooks o más robótica. Y más educación es otras políticas educativas.
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-¿Por qué crees que le resulta en general a los espacios difícil ganarle al macrismo y la percepción es que Larreta está bastante bien posicionado?
-Primero porque el gobierno no es horrible. Pero yo quisiera que me baje las expensas antes de que me arregle las veredas. No hay que gastar más sino gastar distinto. La gestión ha sido ordenada por doce años y ha sido eficiente al mando de Larreta, pero acá se plantean modelos. Larreta, además, tiene características muy visuales, empezando por la publicidad. El ejercicio de poder transita por ordenar la comunicación y captar audiencia. Hoy el poder es el monopolio del manejo de la información. El Pro tiene una capacidad que no tiene ninguna otra fuerza en América Latina, son los mejores haciendo campaña lejos. El equipo de Horacio, el de Maria Eugenia y el que coordina Marcos Peña, haciendo campaña, son lo mejor que hay.
MC